No podemos decir a ciencia cierta que en Argentina vivan las mujeres más lindas del mundo, pero no hay dudas de que están las más buscadas por varios de los hombres más codiciados.
Ya son muchos los actores y cantantes internacionales que cayeron rendidos a los pies de una argentina.
Luisana Lopilato y Michael Bublé
Luisana Lopilato es una de ellas. La actriz, bellísima por cierto, conquistó al canadiense Michael Bublé, uno de los cantantes más exitosos de los últimos tiempos.
El flechazo fue tal que decidieron casarse dos veces: una aquí y otra en Canadá.
Lucila Polak y Al Pacino
Al Pacino, uno de los mejores actores de todos los tiempos, también se dejó flechar por una mujer de estas tierras. Lucila Polak es la modelo y actriz que enamoró a Al.
¿El detalle? Él le lleva casi 40 años. Sin embargo, el romance va viento en popa y hace ya varios años que están juntos.
Luciana Barroso y Matt Damon
Luciana Barroso era una de las tantas personas que fue a probar suerte a los Estados Unidos. Consiguió trabajo como camarera hasta que un día llegó un cliente muy especial: Matt Damon.
La morocha lo encantó con su belleza autóctona y hoy no sólo están casados sino que tienen cuatro hijos (la primera, fruto de una pareja anterior de Luciana, pero adoptada por Damon). Ya llevan 7 años de casados, convirtiéndose además en una de las parejas más sólidas de Hollywood.
Luciana Pedraza y Roberto Duvall
Luciana Pedraza es la salteña que conquistó a otro actor con mayúsculas: Robert Duvall. Similar al caso de Al Pacino y Lucila Polak, él le lleva 41 años de diferencia, pero eso no fue un escollo para este amor que ya tiene más de 15 años de vigencia. ¿Un datito de color? Además de la vida, comparten cumpleaños, ya que ambos nacieron, bajo el signo de Capricornio, un 5 de enero.
Dolores Fonzi y Gael García Bernal
No nos podemos olvidar de la bella Dolores Fonzi, quien enamoró a Gael García Bernal, que estaba de novio con Natalie Portman, pero no pudo resistirse a los encantos de la argentina y se decidió por ella.
Hoy tienen dos hijos y, a pesar de que las revistas del corazón los separaron una y mil veces, siguen juntos.