[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Alvarado le quita dramatismo a la habilitación del 9. “Estamos convencidos de que vamos a ganar”, dice.
Fueron 29 minutos y un par de segundos. La fecha: 7 de septiembre del 2005. El rival tenía camiseta azul y amarilla. A Pablo Alvarado le alcanzó ese ratito para aprobar una materia indispensable en la historia moderna de San Lorenzo: ganarle a Boca. Después de aquella presentación clásica, le añadiría a su boletín otros cuatro triunfos clásicos. Sólo empataría una vez. Nunca perdería. ¿Tendrá motivos, entonces, para ser optimista en esta semana? Sí. “Venimos en levantada y eso nos motiva para el partido del domingo”, arranca apenas atiende el llamado telefónico de Olé .
-¿Coincidís en que hoy Boca da la sensación de ser infranqueable? -Sí. Se acostumbró a no perder y eso es algo buenísimo en el fútbol. Por algo lleva tantos partidos invicto. Pero nosotros somos un equipo que puede quebrar a cualquiera. Estamos convencidos de que le vamos a ganar.
-¿Tanta confianza dejó el último triunfo? -Nos acomodamos un poco. Y ahora tenemos enfrente a un rival que nos permitirá ver si estamos para despegar.
-¿Cómo tomaron dentro del plantel la habilitación del Pelado Silva? -Mucha importancia no le dimos al tema. Es una cuestión que trataron los dirigentes. A mí me parece bien que juegue.
-¡¿Ante San Lorenzo?! -También. Me da lo mismo que juegue Silva. O que juegue Mouche. Ellos tienen muchos jugadores de nivel. No cambia.
-¿Vos a qué tipo de delantero preferís marcar? -Yo prefiero marcar a un punta como Silva y no como Mouche.
Que se entienda: Alvarado dice lo que dice en un tono parecido a la humildad. El fútbol no sólo le enseñó esto de salir contento contra Boca. También lo puso ante otros vaivenes menos felices: muchos días de entrenamiento en la Reserva, varios meses sin jugar, semanas de borrado crónico. Este verano preparó las valijas para una prueba en Japón. Un llamado del entrenador cambió todo. De borrado pasó a titular. Y ya fue titular contra Estudiantes y Argentinos. “Se me presentó esta chance de la nada, y debo aprovecharla”, dice este zaguero que tiene 75 presencias en la Primera de San Lorenzo y ganas de disfrutar de una resurrección. “Quiero cambiar la imagen que tenían algunos hinchas. Tal vez esta sea mi última oportunidad. Pero aún no logré nada”, agrega el de El Calafate. Y es cierto: a sus 26 años le queda tiempo para ampliar su racha contra Boca.